lunes, 22 de octubre de 2018

El nuevo escriturón. Valeria Fajardo.


El nuevo escriturón.

El capítulo de la lechuza:
La lechuza suele pasarse horas sobre una rama observando lo que sucede a su alrededor. Siempre parece concentrada y tiene una mirada muy penetrante.
 

A engordar el sujeto y el predicado.
 Cualquier oración sencilla, como
 El dragón atacó la ciudad, 
puede engordar hasta convertirse en una gran oración o en un pequeño relato. Un lector curioso podría hacer crecer fácilmente el sujeto de esa oración, imaginando de dónde es el dragón, cómo es, cómo se llama, cuál es su historia… Por ejemplo: El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la ciudad. Pero como nos quedó la oración “con cabeza de gigante y cuerpo de gnomo”, podemos ahora hacer crecer el predicado, para equilibrarla. Podríamos formularle al predicado las siguientes preguntas (y responderlas, claro): ¿cómo fue el ataque?, ¿cuándo?, ¿desde dónde?, ¿por qué atacó?, ¿qué efectos produjo el ataque?: El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la ciudad desde el norte, sorpresivamente, al caer la noche, asolando los campos, arrancando los árboles de raíz, incendiando la chozas de madera y los techos de paja, y convirtió la región en un páramo desolado. Haz crecer las siguientes oraciones, engordando primero el sujeto y después el predicado: 
 1. Los cinco horribles estaban tristes... 
2. Galileo no podía leer... 
3. Agustina levantó el vuelo…
1. Los cinco horribles eran hermanos que desde su nacimiento en el pueblo de nunca jamas tuvieron una vida my triste, al verlos su mamá los abondono y su pueblo era un lugar muy pobre. Tuvieron que crecer ayudándose el uno al otro, el primer hermano se llamaba fein, el segundo feon, el tercero horriblin, el cuarto horriblon y la quinta horriblita, estaban tristes porque horriblita se había enamorado del guapo príncipe del pueblo, pero el solo la utilizaba para que ella asustara a los enemigos del pueblo de lo fea que era.

2. Galileo el hijo de Emiliano Segundo era un guapo jóven, alto, delgado, su cabello lucia como algodones de oro, su sonrisa irradiaba luz en la oscuridad y sus ojos eran similares a dos esmeraldas, el pasaba sus días saltando y jugando con sus amigos, el era amigable, honrado, trabajador, su único defecto era que no podía leer, llegaba el día del cumpleaños de su papá y el era el encargado de leer algunos poemas que habían escrito los amigos de su padre para el, pero el no podía dormir pensando en como decirle a sus padres que el no podría hacerlo.

3. Agustina la mujer más creída de su ciudad, solo vestía zapatos y ropa de marca, no hablaba con nadie más de su círculo social, su mejor amiga se iba a casar en Hawai y ella era la encargada de su vestido, faltando horas para salir a Hawai, levantó el vuelo porque al tomar el taxi para el aeropuerto empaco su ropa, sus bolsos, sus tacones y su maquillaje y al llegar al aeropuerto se dio cuenta que había olvidado el vestido de novia.





El capítulo de sirenas y centauros: 
La sirena y el centauro son seres fantásticos, mitad humanos y mitad animales. En este capítulo también se proponen combinaciones extrañas, pero de palabras y partes de palabras que no tienen nada que ver entre sí. Como resultado de esas mezclas, se obtienen objetos, animales y oficios extravagantes.

 


Duerme, duerme, murcielaguito.
1. Escribe diez palabras con el grupo fl, que tengan que ver con cosas frágiles o livianas. 
2. Escribe diez palabras con r que tengan que ver con cosas duras o violentas. 
3. Escribe diez palabras con o y diez palabras con u que tengan que ver con cosas oscuras, graves, escondidas. 
4. ¿Te animas a usar las palabras que encontraste con o y con u para escribir una “Canción de cuna del murcielaguito”, que podría empezar así?: 

1. Florero.
 Flor.
Flamenco.
Flaco.
Flora.
Flacidez.
Flautas.
Flamas.
Flexible.
Flecha.

2. Rudo.
Roca.
Racismo.
Rajar.
Reclamar.
Renuncia. 
Resbalar.
Revolución.
Riesgo.
Ridículo.

3. Oscuridad.
Odio.
Óseo.
Órgano.
Ovni.
Óxido.
Ofensa.
Oculto.
Ofensa.
Obstruye.
Muerto.
Negro.
Ladrón.
Tesoro.
Misterio.
Buscar.
Asustar.
Noche.
Sueño.


4. Duerme, duerme, murcielaguito, la noche llega ya con su oscuridad, el misterio ya vendrá y el tesoro en tus sueños hay que buscar.


El capítulo del charal. 
Y en la mitad del camino, una buena botana: juegos con el abecedario y el vocabulario para destrabar lenguas y conectar neuronas.


Pito Pérez
Ahora piensa en nombres y apellidos (de algún compañero, tía, conocido, ¡o tú mismo!) que comiencen con la misma letra y escribe una nota o un mensaje con palabras que también empiecen con esa letra (al modo de Pito y Torcuato).

Me miraste mientras mordía mi manzana, me molesto mucho, mi mente meditaba, mas mi mama me mentía malgastando mis manzanas, mi muela me molesta, mañana mordere mi medicamento.
Maria Montaño.


El capítulo de la cochinilla que se hace bolita.
 Cuando hay mucha humedad suele aparecer, debajo de las macetas o arrastrándose por el césped, la cochinilla que se hace bolita. ¿Por qué se hace bolita? Porque cuando algún peligro la acecha, se achica, se cierra sobre sí misma como una bolita, para protegerse con su duro caparazón. En este capítulo, distintas razones te van a obligar a achicar textos, y a reducirlos, como cochinillas, sin que se pierda, en el proceso, la información principal.

Para decirlo de una vez.
¿Te animas a juntar las oraciones que siguen en una sola y reducirla lo más posible sin cambiarle el significado?
Había una vez una niña.
La niña se llamaba Ricitos de Oro.
Ricitos de Oro pasó por la casa de los osos.
Ricitos de Oro se acercó a la casa de los osos.
Ricitos de Oro miró por la ventana de la casa de los osos.

Si quieres seguir con la historia de Ricitos de Oro, puedes contar qué vio por la ventana de la casa de los osos.

Una niña llamada Ricitos de Oro pasó por la casa de los osos, se acerco y miro por la ventana.

Había una vez una niña.
La niña se llamaba Ricitos de Oro.
Ricitos de Oro pasó por la casa de los osos.
Ricitos de Oro se acercó a la casa de los osos.
Ricitos de Oro miró por la ventana de la casa de los osos.
En la casa de los osos estaban los osos comiendo mucha miel.

Una niña llamada Ricitos de Oro pasó por la casa de los osos, se acerco y miro por la ventana que los osos comían miel.


El capítulo del camaleón. 
El camaleón es un animal raro célebre por su habilidad para cambiar de color: es verde y si se enoja se pone negro. Si un texto está en un idioma se traduce a otro, se escribe una carta formal y resulta amistosa, un relato fantástico se transforma en uno de ciencia ficción... 


Desventajas y ventajas Ignacio trabaja en una agencia inmobiliaria. A veces le toca vender o alquilar casas que no son muy buenas o están en mal estado. Es un problema, porque Ignacio odia mentir.
 En este momento tiene que vender una casa en un balneario. Esta es la descripción: 

“Es una casa muy chiquita. Está a quince cuadras de la playa. No tiene luz eléctrica ni agua corriente, aunque se puede sacar agua de pozo con una bomba manual. Las persianas no funcionan muy bien, de modo que, o no se pueden abrir, o, si se abren, no se pueden cerrar después. Por otra parte, en la casa hay un perro bastante viejo y malhumorado que, a veces, no deja entrar a nadie, sean conocidos o no.”

 Como verán, el trabajo de Ignacio es muy complicado: tiene que convencer a la gente de que compre la casa; no quiere decir mentiras, como que la casa está a la orilla del mar o tiene luz eléctrica; pero, como tiene que vender, puede tratar de convertir todos los problemas en supuestas ventajas. Por ejemplo, que, como es una casa chiquita, es facilísima de limpiar. 

Escribe un informe para los clientes, tratando de convertir las desventajas en ventajas. 

Es una casa acogedora en donde podrás estar más unido a tu familia, lejos de toda la bulla que no te deja descansar, turistas escandalosos y largos trancones de la playa, aprovecha esta gran oportunidad para ser ecológico e instalar plantas solares, comparte más tiempo con tu familia divirtiendose al sacar  agua de un pozo, además tendrás agua pura para ti que te llenara de más salud y vida y como si fuera poco te ahorraras mucha plata mensual en los servicios de luz y agua. Para concentrarte a estudiar y a trabajar es un espacio perfecto para que no entre el sol tan picante que no te deja concentrar, que te puede quemar y hasta hacer doler la cabeza. Por la compra de la casa tendrás también un amigo incondicional, que te ahorrara el timbre ya que ladra al ver las personas, también te servira como un fantastico guardia. No desaproveches esta excelente oportunidad!!


El capítulo del loro.
Resolviendo los ejercicios de este capítulo, te vas a volver loro: inventero y cuentador de historias. Es cuestión de leer atentamente las instrucciones y ponerse a escribir. 



El texto que te presentamos a continuación pertenece a otro cuento de la escritora Silvina Ocampo.* En él dialogan dos personajes: Adrián y Timbó, que es un perro. Tal como te lo presentamos, a este diálogo le faltan algunas réplicas. Algo de lo que dijeron Adrián o Timbó, según el caso, se ha borrado. 
En tu cuaderno, completa el diálogo agregando las réplicas que faltan. 
Adrián era un niño muy pobre. Un día al pasar por un pueblo situado al pie de una montaña se detuvo a descansar en una calle sombría donde vio lo que le pareció una pequeña alfombra castaña. 
Se acostó a descansar, pero no sobre las piedras del camino, como solía hacerlo, sino sobre la alfombra. Ya el sueño cerraba sus párpados cuando sintió que la alfombra se movía. Varias veces trató de dormir, pero en cuanto se dormía, lo despertaba el movimiento de la alfombra. Creyó oír un gruñido. Sintió contra su mano el latido de un corazoncito, dio un salto, se puso de pie. Después se arrodilló para mirar al monstruo que imaginaba escondido. Levantó cuidadosamente los vellones y descubrió debajo de la lana, el hocico, el cuerpo de un perro.

-¿Quién eres?
 —Timbó. Soy hijo de un árbol con orejas — contestó el perro —. ¿Cómo te llamas? 
—Adrián, no más. Soy pobre. 
—¿No tienes apellido? 
—No —contestó Adrián—. ¿Y tú no tienes cara? 
---Estoy debajo de la alfombra, las señoras también tienen caras y usan pieles. ¿Acaso se les ve la cara cuando hace frío? 
—No hace frío. ¡Y qué me importan las señoras! — contestó Adrián—. Eres un perro y tienes que tener una cara. No sé si eres un dogo de Burdeos, un galgo ruso, un pekinés o un perro policía. ¿Qué eres, podrías decírmelo? 
— Soy un perro mágico. --contestó Timbó-- Pide un deseo.
— Quiero que me traigas un pastel de almendras dulces, adornado con frutas cristalizadas, velitas y un cesto hecho de caramelo con mandarinas. 
-- ¿Donde lo consigo?
—En el escaparate de una dulcería llamada La Esperanza. 
Timbó se levantó y salió corriendo. Al poco tiempo volvió trayendo una fuente con un enorme pastel de almendras con velitas y frutas cristalizadas y un cesto de caramelo. 
— Hay que encender las velitas — dijo Adrián—. Es un pastel de cumpleaños lindísimo 
—Lindísimo para el que le guste. Pero a mí no me gustan las golosinas. Cuando alguien me da un terrón de azúcar lo dejo caer al suelo. Me hago el tonto. 
—No te costará mucho. Qué suerte tienes de que te den azúcar. A mí nadie me da nada. ¿Y con qué encenderemos las velitas, perro mágico? — preguntó Adrián. 
Timbó volvió al instante con una caja de fósforos. 
-- ¿De adonde las sacaste?
 —En una casa particular — contestó Timbó. Adrián se arrodilló frente a la fuente para admirar el pastel y encender las velas, luego sopló encima para apagarlas. Después se puso a comer. De cuando en cuando ofrecía un pedacito a Timbó, que también comía, pero de mala gana, arrebujado en su piel.
Mientras comían Adrian miraba fijamente a Timbo que a veces se atoraba, porque se le metían algunos pelos en la boca. Pero Adrián fingía no verlo. 
Cuando terminaron el banquete, Timbó preguntó a Adrián si no tenía sed. 
—Tengo mucha sed — dijo Adrián — porque he comido cosas dulces. 
Pero no quiero que te vayas. Se encaminaron a un lago donde bebieron y se dieron un baño. 
—Te pareces mucho a un amigo mío — exclamó Adrián embelesado. 
--¿En que me parezco?
--En la forma de mirar.
-- Pero yo soy un perro y supongo que tu amigo es un humano.
 —Pero los ojos se te ven, tonto. 
Se acostaron y conversaron hasta el alba. 
Después de varios días no podían separarse y resolvieron vivir juntos. 

2 comentarios:

  1. Me gusto mucho la manera en la cual desarrollaste todas las actividades. Me parece que es una buena forma de inventarse cosas y ser creativo

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  2. Es un libro que nos ayuda a fomentar que los niños sean creativos y lo plasmen a través la escritura. Gracias

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