A partir de esto y de escucharme se sacaron diferentes conclusiones entre estas:
-Que al narrar se vivía la historia con más intensidad, mientras que leyendo era más aburrido y se demoraba más.
-Al narrar podía interactuar más con ellos mientras que leyendo solo miro un texto escrito comprendiendo y entendiendo los signos.
-Cuando se termino de narrar, los niños querían que lo hiciera de nuevo.
-Al leer había una conversación menos directa entre los niños y yo.
-Al leer debía darles a los niños un tiempo para que asimilaran el mensaje.
-Ellos entendieron más la narración por las palabras que use en esta.
-Al narrar traje cuestiones de vida diaria de mis primos y lo fui familiarizando con la fábula, para que los niños la sintieran más cercana y así la recuerden mejor.
PUBLICADA POR: VALERIA FAJARDO BUITRAGO.
Qué interesante
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